La albura de tilo es un excelente escurridor de plantas.
La albura de tilo crece de forma silvestre en el valle del Vallespir, al pie del Canigou (2875m), el pico más alto de los Pirineos Orientales. Fue descubierto hace casi un siglo por un profesor, François Domenach, que se curó a sí mismo de sus microorganismos después de años de sufrirlos.
Habiendo hecho desaparecer sus propios dolores, comunicó los resultados de su investigación, primero a la academia y luego a toda Francia. Desde entonces, muchas personas que sufren de microorganismos han utilizado con éxito la madera de albura del tilo.

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