Las aguas termales de Vichy tienen una composición mineral excepcional. Son conocidos desde la época galo-romana por la digestión, el reumatismo y por la tez radiante de los que toman las aguas. La marquesa de Sevigne y Napoleón III contribuyeron más tarde a su fama.

Las aguas de Vichy se originan al pie de los volcanes de Auvernia. Se infiltran a más de 3.000 m de profundidad donde se cargan de dióxido de carbono. Su lento viaje subterráneo de unos 10.000 años los enriquece con sales minerales y oligoelementos. Aparecen de forma natural en Vichy, sin ser bombeados, empujados por el dióxido de carbono natural.

Las sales minerales que ofrecemos se extraen del manantial de Chomel, la fuente con mayor contenido en sílice. Esta fuente es visible desde el Salón de Sources Vichy, brotando de un pozo del período galo-romano. Las sales minerales se obtienen mediante el tratamiento físico de la evaporación del agua y se carbonizan con el gas de los manantiales.

En la cocina, también pueden utilizarse para reducir el tiempo de cocción y preservar la clorofila de las plantas o como sustituto parcial de la sal de mesa.

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